¡Necesito días más largos, el tiempo no me alcanza!
Esta frase la he escuchado muchísimo a lo largo de mi vida, ¿te suena familiar?
La mayoría de nosotros, vivimos con prisa, quizás ahora menos en el tráfico recorriendo la ciudad, y más en llamadas, junta tras junta por videollamada y contestando mensajes en todo momento, sin soltar el celular un segundo.
Crecimos con la idea de que “quien está más ocupado y tiene menos tiempo para descansar, es más trabajador y productivo”, cuando es una idea completamente equivocada.
Desde mi punto de vista, quien aparentemente está más ocupado, corriendo todo el día y preocupado todo el tiempo, no es porque sea muy productivo, sino todo lo contrario: es porque no se sabe organizar, no sabe cómo priorizar sus actividades e incluso no sabe decir NO a lo que en vez de acercarlo a cumplir sus metas, ¡lo aleja!
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Es justo ahora, con el apoyo de la tecnología, que podemos hacer más con menos, que podemos impactar al mundo entero desde la comodidad de nuestro hogar -a través del contenido que subimos a las redes sociales, impartiendo cursos en línea, aprovechando las videollamadas para mantener contacto con las personas que queremos, estén donde estén- y si aprovechamos correctamente todo esto, podemos también organizarnos mejor, aprovechar el tiempo que usábamos para trasladarnos de un lugar a otro para ver a nuestros clientes o prospectos y disfrutar un rato en familia, o leer un libro, hacer ejercicio… ¡Podemos destinarlo a lo que sea que nos haga felices! Y todo en las mismas 24 horas que tienen los días.
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Porque calidad de vida no significa trabajar más y descansar menos.
Calidad de vida significa estar y sentirme bien, lograr el “bien-estar” en todas las áreas de la vida y así, ¡disfrutar cada segundo de cada día! ¡No se trata de hacer muchas cosas, sino de hacer las cosas correctas!
Para mí, calidad de vida es poder comer con mis papás cualquier día entre semana, salir de vacaciones tranquila, trabajar conscientemente para cumplir mis metas, descansar las horas que mi cuerpo necesita, despertar sonriendo, con energía y sin necesidad de poner alarmas, hacer lo que me gusta y apasiona y ¡que me paguen por ello! … En resumen, es vivir disfrutando la vida al máximo, sin estrés ni quejas, sin correr por todos lados sin sentido.
Y es aquí donde entra el arte de saber priorizar… hay que saber estratégicamente por dónde empezar. Las personas en general, tienen siempre una larga lista de pendientes y cosas por hacer, y muchas veces al analizar esa lista vemos que varias de ellas las pueden eliminar y no pasa nada, otras las pueden delegar y funciona para liberar tiempo para enfocarse en algo más importante o urgente que requiera su atención.
Tener la vida de tus sueños empieza teniendo claridad sobre qué significa calidad de vida para ti y cómo sería tu día ideal. Aquí te dejo la llave maestra para dejar de volar por donde el viento te lleve y lograr lo que te propongas:
Y recuerda las palabras de Martin Luther King: “Si no puedes volar, corre; si no puedes correr, camina; si no puedes caminar, gatea… pero hagas lo que hagas, sigue avanzando hacia adelante.”
Lore Rocha
Creadora y fundadora de Beetácora®